Y Dios creó al simio a Su imagen y semejanza (Parte II) - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Y Dios creó al simio a Su imagen y semejanza (Parte II)

ALTO: Antes lee la primera parte.


...Y sin más preámbulos, continuemos ahora con el recorrido por la saga cinematográfica de El Planeta de los Simios. En esta entrada me concentraré en las secuelas directas a la película original de 1968 y dejaré los refritos para la siguiente. Spoilers ahead.

BAJO EL PLANETA DE LOS SIMIOS
(Beneath the Planet of the Apes, 1970)
Dir: Ted Post
Reparto: James Franciscus, Linda Harrison, Maurice Evans, James Gregory y Charlton Heston


Esta película empieza donde se quedó la anterior y sigue las andanzas del nuevo protagonista, un astronauta de apellido Brent, interpretado por James Franciscus. Brent se encuentra con Nova (la sexy humana en bikini de piel interpretada por Linda Harrison) y juntos viajan hacia la Zona Prohibida, en donde descubren un terrible secreto. Brent es un personaje bastante olvidable y poco justifica su introducción a no ser tal vez el hecho de que los estudios no le llegaron al precio de Charlton Heston. Este tal Franciscus incluso es un güero barbudo, mamey y en taparrabos, igualito a Heston, pero más joven y menos cool. Heston aparece en pantalla una pequeña porción del filme, pero cuando lo hace, domina la escena de tal forma, que sus 10 ó 15 minutos valen toda la película.

En fin, que en la Zona Prohibida, o más bien, bajo ésta (de ahí el título) los personajes encuentran las ruinas de Nueva York, habitadas por una raza de humanos mutantes radioactivos telepáticos que adoran a una bomba atómica (traten de decirlo en voz alta sin reírse). Pero si el escenario está un poco (muy) jalado de los pelos, los realizadores se lo toman muy en serio y logran involucrar al espectador en la trama. 

Aunque sea para ver a estos magníficos ejemplares de Homo sapiens vale la pena verla.

Esta película enfatiza el mensaje de la anterior, haciendo una crítica durísima contra la civilización humana, en particular nuestra tendencia al fanatismo violento, ya sea de tipo religioso, racial o ideológico. La guerra que se prepara entre simios y humanos-mutantes-radioactivos-telepáticos-que-adoran-a-una-bomba-atómica hace referencias a la locura de la Guerra Fría, en la que dos bandos estaban dispuestos a volar por completo el planeta, antes que dejar ganar al otro. Es significativo que se muestra a ambos lados, simios y humanos-mutantes-radioactivos-telepáticos-etc, convencidos de que Dios está de su parte y su causa es justa.

Pero aunque esta peli es más violenta, oscura, sórdida y desesperanzadora que la anterior, y tiene algunas escenas especialmente fuertes, sobra, pues el mensaje de El Planeta de los Simios ya estaba muy claro, y la peli tiene poco que aportar a la mitología de la saga, excepto por la sociedad de humanos-mutantes-blablabla, que es una perturbadora caricatura de nuestra civilización, aún más desconcertante y acertada que la sociedad de los simios. De cualquier forma, es una peli interesante que vale la pena verse, aunque sea como placer culpable o curiosidad del género B, sobre todo por el final, pues los realizadores tenían que superar el del filme anterior... no lo logran, pero es un buen intento.

ESCAPE DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
(Escape from the Planet of the Apes, 1971)
Dir: Don Taylor
Reparto: Roddy McDowell, Kim Hunter, Bradford Dillman, Natalie Trundy y Ricardo Montalbán


Bleh, es una película bastante tonta. Su única función consiste en enviar a Cornelius y a Zira al pasado... ¿O presente? ¿O futuro? Oh, bueno, a los 70, ignorando alegremente que en la película original Taylor y su tripulación provenían del siglo XXI, pero supongo que no les alcanzaba el presupuesto para crear una sociedad humana futurista. Al viajar al pasado y tener a su hijo allí, Cornelius y Zira desencadenan una serie de acontecimientos que llevarán al surgimiento del Planeta de los Simios. Eso es todo, lo demás es paja, paja, paja.

Desde el principio se nota el cambio total de tono, hacia una reinterpretación "chistosona" de la serie. Incluso la forma en la que son presentados los créditos parece de sitcom tipo ALF. Toda la película es sólo hacer tiempo antes de que lo único importante suceda en los últimos 20 minutos. Mientras tanto, nos deleitan con escenas como Cornelius y Zira yendo de shopping, en un montaje al que sólo le falta la canción Girls Just Wanna Have Fun como fondo musical. 

El personaje de Zira es moralmente mutilado. De ser la Marie Curie de los simios, la convierten en una mujer impertinente y escandalosa, que además se aficiona al vino y se emborracha, lo cual tiene siempre como conscuencia que se pone a hablar de más.

Bien, si quieren ser expertos en la saga, véanla, si no, pos no. Eso es todo lo que tengo que decir al respecto. ¡Siguiente!

LA CONQUISTA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
(Conquest of the Planet of the Apes, 1972)
Dir: J lee Thompson
Reparto: Roddy McDowall, Hari Rhodes, Don Murray, Natalie Trundy y Ricardo Montalbán


Si después de ver Escape del Planeta de los Simios pensaron que la saga ya no podía salvarse, me alegra decirles que se equivocan. La Conquista del Planeta de los Simios no sólo es muy buena, sino que es la mejor de todas, exceptuando la primera, y en mi ponión está por encima de los dos refritos. De hecho, la Rise of The Planet es un remake precisamente de ésta.

Vamos por partes y admitiré lo siguiente: el enlace entre esta película y la anterior es una reverenda estupidez. César (interpretado por un grandísimo Roddy McDowell), hijo de Cornelius y Zira, crece en el pasado... ¿O en el presente...? Ah, bueno, no volvamos a eso. Crece de incógnito entre la sociedad humana, protegido por Armando (Ricardo Montalbán), un simpático cirquero que le enseña a hablar, a leer y a montar a caballo, además de contarle la trágica historia de sus padres y de infundirle valores humanitaros y sentido de justicia. Esperen, eso no es la estupidez.

La estupidez es que, en el tiempo transcurrido entre El Escape y La Conquista, que son como 20 años, una epidemia mata a todos los perros y gatos, lo que provoca que los humanos empiecen a adoptar simios como mascotas y, al darse cuenta de que los monos son muy listos, a usarlos después como sirvientes y esclavos. Así, en lo que César crece para convertirse en adulto, todos los simios "evolucionan" para ya no parecer monos, sino humanos disfrazados que pueden realizar tareas como barrer las calles, servir bebidas, bolear zapatos, cargar las compras, trabajar en una línea de ensamblaje etc., y a los que sólo les falta hablar.

Pero si decidimos aceptar o ignorar esa introducción, el resto de la cinta marcha de maravilla. A diferencia de las dos anteriores, esta cinta está cargada de significado filosófico, de profundas e inquietantes reflexiones sobre la naturaleza y la sociedad humana. Los simios son humillados, explotados y esclavizados, y la cinta no tiene reparos en mostrar inmisericordes secuencias en las que vemos a los pobres animales ser tratados de una manera mucho más brutal de la que los humanos eran tratados por la sociedad de simios en la película original.


Más aún, las escenas en las que los simios son traídos en buques, enjaulados, golpeados y torturados con el objetivo de "domarlos" para hacerlos trabajar, remite directamente a la historia de la esclavitud de los africanos, raptados de su continente natal y tratados a punta de latigazos para obligarlos a servir al amo blanco. No es casualidad que, después de Armando, el único amigo humano que encuentra César es McDonald (Hari Rhodes), un afroamericano.

Lo peor es que gobernantes y magnates saben, por los eventos de la cinta pasada, que el futuro Planeta de los Simios será el resultado de la brutal esclavización de nuestros hermanos primates, pero sólo se hacen guajes porque el tráfico de esclavos los enriquece en el presente. No son diferentes a corporaciones y gobiernos que le dan en la madre al planeta sabiendo que con ello pueden destruirlo, pero que adoptan una postura de "Me vale madres: esto me está haciendo rico ahora y lo demás no me interesa".

A este escenario llega César, que se ve privado de la cariñosa protección de Armando y tiene que fingir ser un simio "normal". César sufre toda clase de vejaciones, e incluso hay una escena de tortura muy cabrona. Pero él resiste, aprende y poco a poco se convierte en un líder. Hay una escena muy significativa en la que César comparte un plátano con los otros chimpancés que están en su misma jaula. A los simios, acostumbrados a competir por la comida, les enseña todo un nuevo concepto: el de la cooperación.


Cuando la rebelión inicia, la furia de los esclavos es incontenible, y ya ni la violencia humana es capaz de detener el surgimiento del Planeta de los Simios. Esta película tiene diálogos casi tan intensos como la primera, pero los mejores se encuentran hacia el final, cuando César se enfrenta al Gobernador y le pregunta por qué los humanos trataron tan mal a los simios, por qué esa crueldad tan desmedida y el odio irracional; el Gobernador contesta:
Porque ustedes fueron nuestros ancestros; el hombre nació del simio. Y aún existe un simio dentro de cada hombre, una bestia que debe ser azotada y sometida, un salvaje que debe ser encadenado. ¡Ustedes nos recuerdan que esa bestia está allí! Cuando los odiamos a ustedes, odiamos nuestro propio lado oscuro.

Entonces viene el momento climático en el que el primer simio (después de César, que no cuenta, porque viene del futuro), habla y emite la palabra que por años había sido la señal de la opresión de los simios por los humanos, la palabra que representa el poder de reprimir la libertad y gobernar sobre las acciones del otro. Dice "NO". Pero no lo dice con furia, ni deseo de venganza. Todo lo contrario, lo dice con misericordia; le dice "no" a convertirse en el explotador y el torturador, le dice "no" a convertirse en humano.

"Y hoy nosotros, que no somos humanos, demostraremos humanidad"

Ahí bien pudo haber terminado la serie. De hecho, las dos cintas anteriores se habrían podido fusionar en una sola y habría quedado una buena trilogía que acaba donde empieza. Pero ¡no! Fox le quería seguir scando dinero a los nerds (que a esas alturas eran los únicos que veían estas pelis) y decidieron producir una más.

LA BATALLA POR EL PLANETA DE LOS SIMIOS
(Battle for the Planet of the Apes, 1973)
Dir: J Lee Thompson
Reparto: Roddy McDowell, Natalie Trundy, Claude Akins, Austin Stoker y Paul Williams


A estas alturas uno está tan cansado de tantas monerías, que sólo quiere que todo acabe rápido. Como en el caso de la anterior, la línea cronológica es una estupidez. Tras la victoria de César en La Conquista, se desata una guerra nuclear (entre EUA y la URSS, suponemos) que devasta la tierra. En cosa de 15 años los simios pasan de ser animalitos que eran capturados en la selva, a discutir la relatividad general de Einstein (en serio). Sin mencionar que tras la guerra atómica, todo se convierte en verdes prados donde los simios empezan a fundar su sociedad.

Esta película cierra el ciclo, pues también aparece la Zona Prohibida como se le ve en Bajo el Planeta y se reconocen algunos rasgos de la ciudad simia como la vimos en El Planeta.

Fuera de eso, es una película que sobra. Tiene una que otra escena interesante, como cuando por primera vez un simio mata a otro simio, y McDonald explica "acaban de entrar a formar parte de la raza humana". Pero éstas son pocas y redundantes, y la cinta por lo general carece de fuerza e incluso es cursi e insulsa. 

Bastará con decirles que al final logran evitar el futuro de El Planeta y Bajo el Planeta. ¿Cómo? Humanos y simios aprenden a vivir como iguales en armonía. La toma final, en la que una estatua de César llora al ver a todos compartiendo el mundo en paz es el mayor "salto al tiburón" de toda la saga. Come the fuck on!

Pero como es casi necesario chutarse la segunda y la tercera para apreciar la cuarta, y ya que uno está en eso, qué más da terminar el ciclo con la quinta; no quiero disuadirlos de que le echen un vistazo. Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.

Hasta aquí con la saga original de los 70. En la próxima entrada me dedicaré a reseñar los refritos que nos ha dejado el Siglo XXI. Mientras tanto, los dejo con esta canción clásica de The Kinks y con estas imágenes de Marvel Cómics, basadas en las películas que acabamos de revisar:




 


 




6 comentarios:

Sir David von Templo dijo...

Eso de los hombres mutantes radioactivos que adoran a una bomba atómica salió en Futurama. Tengo que volver a ver todas esas películas.

Saludos.

Danielov dijo...

Maldición, ¡dime dónde las conseguiste! En los videoclubes de por mi casa no tienen mas que la primera y el refrito, y menos en Sanborns y tiendas así. U_U

Maik Civeira dijo...

Las vi en Canal 5 hace muchos años. Eran de esas series que pasaban una y otra vez, como la de "Tiburón" o la de "Volver al futuro".

Las volví a ver, descargadas de Taringa. Fuck yeah!

TodoLoJodo dijo...

Yo le agregarìa esta canciòn:
Super ape-de Lee Perry.

http://www.youtube.com/watch?v=JRZdEqpTmD4

Y listo. Post completo.

Por cierto muy buen blog.
Saludos!

Carlos dijo...

Gracias a esta entrada decidí ir hoy al cine a ver el remake de la conquista del Planeta de los simios (aka Rising of the Planet of the Apes). Así que he de dar las gracias por tan "motivadora" entrada.

Anónimo dijo...

Y como carajo hizo MacDonald para vivir mas de 600 años después de la cuarta entrega... fíjense como empieza la cuarta (año 1991) y como la quinta (año 2670)... O MacDonald es humano o es ha descubierto el elixir de la vida eterna.. jajajajajajjajaja

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