Monstruos y héroes. Historias de horror y resistencia contra el nazismo - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

viernes, 18 de agosto de 2017

Monstruos y héroes. Historias de horror y resistencia contra el nazismo


Ante el crecimiento del fascismo en el mundo y en particular en los Estados Unidos, he decidido hacer una breve compilación de viñetas históricas que tienen que ver con el horror del nazismo y el heroísmo de quienes se ha opuesto a él. Me parecen tremendamente relevantes hoy. Veamos si aprendemos algo:

NADA DE QUÉ PREOCUPARSE CON HITLER


El 21 de noviembre de 1922 el New York Times publicó un artículo sobre Adolf Hitler, entonces ya líder del Partido Nazi, y cuya popularidad estaba ascendiendo de forma impresionante.

 

La pieza describía la habilidad de Hitler para encender los ánimos de las multitudes que lo vitoreaban. Sin embargo, el Times aseguró que "numerosas fuentes confiables" afirmaban que el supuesto antisemitismo de Hitler era sólo un acto, un truco; que el austriaco simplemente usaba un discurso de odio contra los judíos para mantener entusiasmados a sus seguidores y así fortalecer su organización para finalmente llevar a cabo sus verdaderas agendas políticas. Que no había nada de qué preocuparse.


En 1933 Hitler llegaría al poder en Alemania y haría realidad el contenido de sus discursos. Primero fueron guetos, luego campos de concentración y finalmente campos de exterminio en los cuales murieron aproximadamente 6 millones de seres humanos, principalmente judíos.


Fuentes:

EL HOMBRE DE LOS BRAZOS CRUZADOS


En junio de 1936, en medio de una multitud que saludaba a Hitler, August Landmesser se negó a reconocer al tirano. Nunca antes, quedarse con los brazos cruzados había sido tan grande gesto de valentía y dignidad...

 

...Y amor, pues Landmesser también tenía en mente a su esposa Irma, que era judía, y a la hija que tenía con ella. Las mujeres de su vida eran deshumanizadas por el discurso de odio del régimen nazi.

 

En 1938, Landmesser fue arrestado por "deshonrar a la raza" y llevado a un campo de concentración. Nunca volvería a ver a su esposa (entonces encinta) ni a su hija. Irma sería arrestada poco después, y tuvo que dar a luz a su segunda hija en prisión.

 

Irma murió en las cámaras de gas en 1942, y August fue conscripto en la "infantería penal" para ir a luchar en Croacia, donde murió en 1944.

 

Las niñas Ingrid e Irene fueron separadas y cada una se refugió con diferentes familias. Sobrevivieron a la guerra, y al crecer, una de ellas adoptó el apellido de su padre, y la otra el de su madre, para mantener su memoria.



"THEY SHALL NOT PASS!"


Octubre de 1936. Hitler y Mussolini habían consolidado sus dictaduras en Alemania e Italia. La Guerra Civil Española, que daría como resultado el régimen de Francisco Franco, había iniciado ese mismo verano. El fascismo era visto aun como una ideología política aceptable por las tímidas democracias occidentales, libre para competir entre otras posturas y agendas.

 

Oswald Mosley, líder de un movimiento fascista británico, anunció marchas y mítines de sus camisas negras (a la usanza de Mussolini) en la zona de East End de Londres. Sus partidarios lanzaban discursos incendiarios contra los judíos y los migrantes, a quienes acusaban de todos los males de la sociedad. Miles de ellos marcharían justo por el barrio judío el domingo 4 de octubre.

 

Casi 100 mil vecinos del lugar, entre judíos y gentiles, presentaron una petición al gobierno para declarara ilegal esa marcha. Por esos días, linchamientos y asesinatos contra judíos eran ya comunes en los países gobernados por el fascismo. Sin embargo, el gobierno no sólo desoyó la petición, sino que asignó 7 mil oficiales de policía para asegurar libre paso a los marchantes.

 

Pero llegó ese día y sucedió lo inesperado. Judíos, irlandeses e ingleses; obreros, estudiantes, amas de casa y pequeños comerciantes; laboristas, socialistas, comunistas y anarquistas; hombres y mujeres, conformaron un contingente antifascista que superó en número a los fascistas y a la policía. Construyeron barricadas, y armados con utensilios de cocina, botellas y ladrillos, hicieron retroceder al contingente fascista. La marcha fue cancelada.

 

El grupo antifascista coreaba el lema "They shall not pass!", es decir "¡No pasarán!", en alusión a los republicanos españoles que resistían la agresión franquista. Ese día, los fascistas no pasaron.

 

Un mural conmemora la Batalla de Cable Street, como fue conocido el combate.


Fuente: 

UN ORGULLO PARA SU RAZA


Joe Louis era el boxeador negro más aclamado de los Estados Unidos. Max Schmeling era el boxeador ario más aclamado de la Alemania Nazi. La pelea estaba destinada a ser legendaria.

 

En 1936, la primera pelea fue ganada por Schmeling: nocaut en el duodécimo round. Su victoria fue usada como arma propagandística del régimen nazi: era la prueba de la superioridad de la raza aria.

 

Dos años después llegó la revancha. Louis noqueó a Schmeling en el primer round. Hitler estaba furioso y ordenó dejar de usar a Schmeling como propaganda.

 

A pesar de todo, Schmeling no era nazi. Se opuso públicamente a varias políticas del régimen y salvó a dos chicos judíos de la persecución de la Gestapo. Como castigo, Hitler lo envió a una misión suicida en Creta, de la que sin embargo regresó con vida.

 

Louis, por su parte, se enlistó en el ejército estadounidense cuando inició la guerra. En las fuerzas armadas se practicaba la segregación, y él mismo fue enviado a servir en un cuerpo exclusivo para negros. Así, con todo y ser un héroe nacional y un símbolo de esperanza para los afroamericanos, sirvió en un ejército que lo discriminaba por su raza. Cuando le cuestionaron al respecto dijo "Hay muchas cosas que están mal en este país. Pero Hitler no va hacer que estemos mejor."

 

En una ocasión alguien le dijo al periodista deportivo Jimmy Cannon que Joe Louis era un orgullo para su raza.

 

-Así es -respondió-, es un orgullo para su raza: la raza humana.


Fuente:

KEEP CALM


Seguramente hemos visto muchas versiones de esta imagen. El origen de este popular meme se remonta a 1939, en el contexto la Segunda Guerra Mundial. El gobierno británico colocaba éstos y otros carteles por Londres cuando la ciudad sufría los constantes y atroces bombardeos de la aviación nazi. La idea era alentar al pueblo londinense a mantener la moral elevada. Otros carteles contenían leyendas como "La libertad está en peligro, defiéndela con todas tus fuerzas" y "Tu coraje, tu alegría, tu resolución nos traerán la victoria".

 

Flema británica: es justo lo que se necesita para mantener la calma cuando te está bombardeando la Luftwaffe.



LA MARSELLESA EN EL CAFÉ DE RICK


Casablanca es una de las más célebres obras de la Era Dorada de Hollywood, ambientada en la epónima ciudad Marroquí, entonces bajo el régimen fascista de la Francia de Vichy, títere de la Alemania Nazi.

 

Hay una escena en este filme en la que, para acallar a unos alemanes que cantaban en el Café de Rick, el héroe checo Victor Laszlo, hace que la banda toque "La Marsellesa". En seguida, un coro de refugiados de guerra se une, con el llanto en la garganta y lágrimas en los ojos.

 

¿Conmovedora, verdad? ¿Y si les dijera que no es actuación?

 

En 1941, cuando se rodó la película, la Segunda Guerra Mundial estaba en curso. Francia estaba bajo la bota de la Alemania Nazi, Gran Bretaña resistía a duras penas y los Estados Unidos no tenían visos de querer meterse. No es sólo que Michael Curtiz, el director, fuera un judío húngaro con familia aún en Europa. De hecho, él consiguió a actores y extras que fueran realmente refugiados de guerra.

 

En especial la actriz Madeleine LeBeau: ella apenas había logrado escapar de Francia en 1940 con los nazis pisándole los talones. Ninguno de ellos estaba seguro de cómo terminaría el conflicto o de si alguna vez volverían a sus hogares en libertad. Es decir, cuando ustedes ven las reacciones de los parroquianos del Café de Rick, están viendo la pasión real de seres humanos reales.

 

Aquí la memorable escena:



EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES


Ésa es la traducción del alemán "Arbeit macht frei", frase que ostentaba la entrada del campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, el mayor de los mataderos nazis y en el que más de 1 millón de personas (judíos, gitanos, eslavos, presos políticos, homosexuales y testigos de Jehová) perdieron la vida.

 

La frase se encontraba también en otros campos de concentración y era uno de los lemas que el régimen nazi había heredado de la República de Weimar. Su origen parece estar la novela moralista de Lorenz Diefenbach, titulada precisamente Arbeit macht frei, en la que exhorta a estafadores y tahúres a buscar el camino de la virtud en el trabajo honesto.

 

Sin embargo, en las puertas de Auschwitz, la frase se presenta como una burla de crueldad inhumana: los prisioneros eran esclavizados hasta que ya no resultaban útiles y entonces se les asesinaba. Un recordatorio de que un régimen tiránico y opresor puede prometerte toda clase de recompensas si "trabajas duro". Promesas que no tiene la menor intención de cumplir.

Fuente:

LOS TRIÁNGULOS ROSA


El aparato de opresión y exterminio nazi iba dirigido sobre más víctimas de las que por lo común se recuerda. Así como los judíos eran marcados con una Estrella de David amarilla, los homosexuales en los campos de concentración debían usar un triángulo de color rosa.

Alrededor de 15,000 hombres (y un número indeterminado de mujeres) homosexuales fueron a parar a los campos de concentración, donde la tasa de mortandad para ellos fue del 60%, pues recibían un trato especialmente cruel por parte de sus captores.

Tras la derrota del Reich, mientras que presos de otros tipos fueron liberados, los de los triángulos rosas fueron simplemente reencarcelados, tanto por la capitalista República Federal de Alemania, como por la comunista República Democrática de Alemania, pues en ambos países la homosexualidad continuó siendo un delito. Algunos pasaron muchos años en prisión después de la guerra.

Los homosexuales no comenzaron a ser reconocidos como víctimas del Holocausto sino hasta la década de los 80. Alemania no admitió su culpa frente a la comunidad gay sino hasta el año 2002.


¿ESTÁ BIEN GOLPEAR NAZIS?


No muchos lo saben, pero los cómics del Capitán América, creado por Jack Kirby y Joe Simon en 1941, aparecieron varios meses antes de que Estados Unidos entrara a la Segunda Guerra Mundial. Con todo, ya desde el primer número podemos ver en portada al Capi metiéndole un buen puñetazo al mismísimo Adolf Hitler. No a todos les gustó esta idea.

 

En ese entonces el nazismo era considerado una opción política válida como cualquier otra en Estados Unidos, donde había agrupaciones más o menos abiertamente nazis. Además, la mayoría de los estadounidenses consideraba que la guerra en Europa no era asunto suyo y que debían permenecer en el aislacionismo.

 

Para miembros de movimientos filo-nazis como "America First", el poner en la portada de un cómic a un personaje golpeando al gobernante legítimo de un país amigo era una ofensa imperdonable. Máxime cuando los creadores eran ambos judíos.

 

La editorial recibió múltiples insultos, peticiones para despedir a Simon y a Kriby e incluso amenazas de muerte por parte de los nazis locales. La cosa se puso tan grave que el mismo alcalde Nueva York, Fiorello LaGuardia, proporcionó seguridad para cuidar a la comañía y a los creativos. Resulta que LaGuardia no sólo era anti-nazi, sino que le gustaban mucho las historietas y aquel cómic del Capi le había caído de maravilla.

 

Entonces, ¿está bien golpear nazis en la cara? Sí, sí lo está.



ADOLFO EL LOBO


Theodor Seuss Geisel, mejor conocido como Dr. Seuss, es recordado con cariño como el creador de Cómo el Grinch se robó la Navidad y otras hermosas historias infantiles clásicas. Pero también tuvo una etapa como caricaturista político.

 

En 1941 publicó la caricatura que aquí se ve. Representa a una madre leyendo la historia de Adolfo el Lobo (Hitler, claro está). La leyenda reza:"...Y el lobo masticó a los niños y escupió sus huesos... Pero ellos eran niños extranjeros, así que no importa."

 

La crítica iba contra el aislacionismo de los estadounidenses ante el avance de los nazis en Europa. Muchos refugiados, especialmente en nombre de sus niños, habían solicitado asilo en los Estados Unidos, pero se les había negado debido al rechazo de una buena parte de la sociedad. La playera de la mujer en el cartón dice "America First", referencia a un grupo aislacionista filo-nazi que se oponía a acoger refugiados.

 

Entre los niños refugiados a los que se les negó asilo se encuentra la tristemente célebre Anne Frank.


Más información:

LOS MOSQUITOS ASESINOS DE HITLER


Otoño de 1943, las tropas británicas y norteamericanas avanzaban hacia el norte por la Península Itálica, obligando a las fuerzas de la Alemania Nazi a replegarse. Entonces Heinrich Himmler, y el entomólogo Erich Martini llevaron a cabo un plan: atacar a los Aliados con mosquitos portadores de malaria.

 

Para ello inundaron los caminos que llevaban a Roma, usando en reversa las bombas que normalmente se empleaban para drenar los ríos y pantanos. Después, los nazis soltaron millones de larvas de Anopheles labranchiae, una especie de mosquito portador de la malaria.

 

Las tropas británicas y estadounidenses fueron tratadas con la medicina correspondiente, por lo que el plan de los nazis fracasó. Sin embargo, la población italiana local no estaba preparada para esto: los casos de malaria pasaron de 1,200 en 1943 a casi 55,000 el año siguiente. La malaria siguió siendo un grave problema de salud pública en la región hasta que los pantanos fueron drenados nuevamente en 1950.

 

La región, fluvial y pantanosa, siempre había sido problemática, y desde tiempos romanos se habían llevado a cabo grandes obras hidráulicas para impedir el estancamiento de agua y la proliferación de la enfermedad. Su nombre, por cierto, viene del italiano medieval "mala aria", un mal aire, pues se creía que el aire de los pantanos la producía.



FRANCIA NEGRA, FRANCIA LIBRE


En la imagen se puede ver a dos soldados africanos luchando en Francia en invierno de 1944. Con la mitad de Francia bajo el gobierno de Vichy, títere de Hitler, y la otra mitad bajo control directo del Tercer Reich, la Francia Libre dependía de sus tropas coloniales para hacer la guerra.

 

Más de 200 mil soldados africanos pelearon como voluntarios por la Francia Libre en la Segunda Guerra Mundial. 25 mil de ellos murieron en combate y otros tantos miles fueron masacrados por los nazis en campos de prisioneros. Uno de esos soldados, y que logró escapar "por un pelo" de ser asesinado por los nazis, sería el futuro presidente de Senegal, Leopold Senghor.

 

Una vez liberada Francia, Charles De Gaulle consideró que era demasiado peligroso tener a tantas tropas africanas en Europa, por lo que ordenó el "blanchiment" (blanqueamiento) del ejército, sustituyendo a los soldados negros por nuevos reclutas blancos.

 

A pesar de su valerosa contribución a la derrota del nazismo y la liberación de Francia, los soldados africanos sufrieron discriminación y malos tratos. No se les pagó lo prometido y se les negó el derecho a una pensión, además de que fueron borrados de la historia nacional.

Ver más:

QUIEN SALVA UNA VIDA..


En 1938 el corredor de bolsa inglés Sir Nicholas Winton viajó a Checoslovaquia para visitar a un amigo. Ahí conoció la situación de los campos de prisioneros atestados de judíos y disidentes políticos que huían de la región de los Sudetes, recientemente anexada por la Alemania Nazi.

 

Alarmado por las condiciones en que se encontraban los refugiados, por la violencia que sufrían los judíos en territorio nazi, y por la certeza de que Hitler pronto invadiría el resto de Checoslovaquia, Winton organizó el rescate de 669 niños, que gracias a él pudieron escapar del Holocausto y encontrar una vida segura en Inglaterra.



El gobierno español, en apariencias neutral, pero de hecho aliado de Hitler, ignoraba sin problemas la realidad del Holocausto. No así el jefe de la legación española en Budapest, Ángel Sanz Briz.

 

En 1944, cuando el Tercer Reich estaba a la defensiva y el exterminio se aceleraba, Sanz Briz encontró un decreto de 20 años antes que reconocía como ciudadano español a todos los descendientes de los judíos sefardíes expulsados de la Península Ibérica por los Reyes Católicos.

 

Briz obtuvo la autorización y comenzó a literalmente sacar familias enteras de los vagones que llevaban judíos a los campos de exterminio. Sefardíes o no, Sanz Briz hizo lo que pudo y salvó la vida de 5 mil personas.

 

Gilberto Bosques era el cónsul mexicano en el puerto francés de Marsella. Tras el ascenso de Franco en España, muchos habían huido a Francia, pero ahora en 1940 este país había sido ocupado por la Alemania Nazi.

 

Entonces Bosques dedicó sus esfuerzos a salvar las vidas de miles de personas amenazadas por el fascismo. Para ello, otorgó visas mexicanas que garantizaban un salvoconducto para viajar a este país. Unas 40 mil personas lograron escapar de la Francia ocupada y salvar la vida gracias a él, incluyendo a personajes como María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Max Aub, Leonora Carrington y Brigida Alexander.

 

Bajo las órdenes del dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar, estaba prohibido a los diplomáticos portugueses ayudar específicamente a los judíos, rusos o refugiados de otros países.

 

En 1940, el cónsul portugués en Burdeos, Arístides de Sousa Mendes, era buen amigo del rabino Chaim Hersz Kruger, y le ofreció darle la documentación necesaria para salir de Burdeos. Kruger se rehusó: no iba a dejar a sus compatriotas y feligreses para salvarse él mismo.

 

Sousa tuvo un momento de iluminación: debía salvarlos a todos. Así que desoyó las órdenes de su gobierno y decidió ofrecer visas portuguesas gratuitas a todo aquel que lo pidiera. 38 mil personas, entre ellas 10 mil judíos, pudieron escapar de Francia gracias a sus esfuerzos.

 

Reza el Talmud "Quien salva una vida, salva al mundo entero". Vidas como ésas son las que valen la pena vivirse.


Fuentes:


Hola. gracias por leer. Este texto es parte de la serie Crónica de un Invierno Fascista. Si te gusta mi trabajo, puedes ayudarme a seguir divulgando el conocimiento con una subscripción mensual en Patreon. O también puedes hacer una sola donación en Paypal. Mientraas, aquí tienes más historias para no olvidar:

6 comentarios:

David Osorio dijo...

"Entonces, ¿está bien golpear nazis en la cara? Sí, sí lo está."

No, no lo está: http://de-avanzada.blogspot.com/2017/01/Spencer.html

Maik Civeira dijo...

Jajaja. Lo digo medio en broma. Creo que el nazi merece un golpe en la cara por el puro hecho de ser nazi, pero igual sé que no resolvería nada y que tenemos que portarnos como gente decente.

Eso sí, si están amenazando con usar la violencia, entonces ya se vuelve legítima defensa pararlos en seco.

Maik Civeira dijo...

http://thoughtsonthedead.com/on-the-propriety-of-punching-nazis-an-faq/

David Osorio dijo...

No. Para eso hay un Estado. Si alguien te amenaza de hacerte daño, ¡lo denuncias! El vigilantismo sólo funciona en las películas de acción, porque son películas.

El enlace que me pusiste es prescindible; ¡vaya orgía de autojustificaciones para rebajarse al nivel de los fachas!

Maik Civeira dijo...

Idealmente sí, para eso es el Estado. Pero si el Estado no interviene, no respondes, y alguien te está agrediendo a ti o a alguna otra persona, debes actuar para defenderte. Ya quisiera ver que alguien se te acercara con intenciones agresivas o si vieras que un gandul está a punto de golpear a una persona débil, y no me dirás que si tienes un bate a la mano no lo usarás.

El enlace es prescindible, pero muy divertido xD Y tiene un punto: aunque le pongas en su madre al facho, no más por no ser tú un seguidor del nacionalisocialismo ni querer exterminar a las otras razas, sigues siendo moralmente superior al facho u.u

Anónimo dijo...

Que bellas historias, que miedo con la equiparable realidad geopolítica actual

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